Hace tiempo que elegí un camino de conciencia donde mi principal guía fuera la honestidad, la búsqueda de lo genuino y bondadoso, lo real. La vida me ha puesto en un lugar donde he podido elegir y eso , soy consciente, me convierte en una persona muy privilegiada. Al fin y al cabo en eso consiste el privilegio, en tener opciones. Y en esta etapa pude elegir un camino nuevo al que a todas luces me estaba predestinado.
Este camino visto desde fuera no es tan descifrable, conlleva mucha renuncia, mucha conciencia para no apartarme de lo que realmente soy, con todos mis innumerables defectos y carencias pero también con mi esencia a cuestas, llena, como la de todos, de capacidad para crear…para crearme.
Como digo, no es un camino llano, pero de todos los escollos que me encuentro, el más grande es lidiar con mi ego. Con ese personaje (o personajes, identidades, disfraces) que me han permitido llegar a donde estoy y por eso les estoy agradecida, pero a los que ya es hora de decir adiós. No es tarea fácil pues al ego , esa superestructura que todos creamos para sobrevivir, le cuesta despegarse de uno. Lleva ahí demasiado tiempo, me ha cogido cariño y sobre todo al ego le asusta mucho su propia aniquilación.
Le asusta tanto que se pasa la vida urdiendo argucias para que no te des cuenta de que está ahí. De que te has mimetizado tanto con él que ya no sabes quién es quién. Para que no llegues a la letal conclusión de que en realidad no te hace falta ya para nada. Yo me doy cuenta de mi ego cuando veo el de los demás…porque uno de los superpoderes que tiene el propio ego es que no se refleja en tu espejo. Pero si lo hace en el otro. En las personas que pasan por tu vida, siempre maestros, para reflejarte lo que de otra manera no eres capaz de ver. Es entonces cuando me pongo a trabajar duro para desprender una capa más de esa membrana que me aparta de lo único que me importa. Serme leal, justa y honesta para poder serlo siempre con los demás.
Maravilla Rebeca, como siempre 💫
Y tras leer varias veces el post me asaltan las siguientes preguntas:
¿Es el ego sinónimo de vanidad?
¿Es el ego siempre algo nocivo?
¿Alimentamos nuestro ego con el fin de buscar aprobación?
¿Cómo podríamos vivir sin sentir la aprobación de las demás?
Quiero vivir sin necesitar la aprobación de nadie.
Querida Mireia, gracias por leerme. El ego es una identidad, a veces lo llamamos personalidad, y es una especie de «personaje» que hemos creado a partir de muchos factores, como nuestra educación, las propias experiencias, los obstáculos, las etiquetas que nos han puesto etc…no es solo vanidad, la vanidad es una de las características del ego, pero no la única…tendemos a confundir, por la palabra egocéntrico o egoísta. El ego no es bueno ni malo, pero hay que darse cuenta de que está ahí, porque si no nos parta de la verdadera felicidad de nuestra esencia.
A tu pregunta de cómo vivir sin la aprobación de nadie. pregúntate que pasaría si no obtienes la aprobación de la gente…qué te sucede dentro…cuando tengas la respuesta, tienes que lidiar con ella…como puedes hacer para resolver esos sentimientos de abandono, de no encajar, etc que te pueden asaltar…hay que ser valiente para hacerse esas preguntas…te animo a recorrer ese camino, cuanto más avances más cerca estarás de darte cuenta e quién es tu ego, y quién eres tú de verdad…un abrazo fuerte querida
Muy agradecida por tu contestación. Otro abrazo fuerte
Magnífico, Reb.
Gracias querida Lucía